martes, 5 de mayo de 2009

Lo que el corazón necesita



Salía de prisa rumbo a la iglesia. Hacia ya diez años de la muerte de Sofía.

Definitivamente, para todos fue una perdida irreparable.

A Jorge tan sólo le quedaban diez minutos para llegar a la iglesia, estaba en verdad atrasado.

Salió corriendo a la calle en busca de taxi, pero se dió cuenta que olvidó cerrar la puerta con llave.

Volvió corriendo, casi transpirando por la agitación. Recorrió de forma superficial por toda la sala y accidentalmente hizo caer el portarretrato donde estaba la foto suya de Sofía y Alba.

Volcó a verlo, desesperado, el vidrio estaba roto en tres grades pedazos, lo cual lo lleno de nostalgia al instante se le llenaron los ojos de lágrimas.

En ese momento vió a su mujer que la llevaban dos hombres, vestidos de blanco, a una ambulancia en una camilla oxidada que crujían sus ruedas al andar, parecía que se atoraban, pero con un poco de fuerza las hacían girar.

En ese instante Jorge no sabía que hacer, corría tras la camilla, pero en eso se quedó quieto, miró para todos lados, grito.

¡Mi hija! ¡Mi hija! ¿Dónde esta mi hija?

Se acercó al auto negro, el que había comprado no hacía mucho, encontró a su bebé de cuatro años, atorada en el auto que había sido arrasada por una lluvia de vidrios.

El policía le pidió que no se acercara, pero forcejeó tanto que llegó a abrazarla empapándose de la sangre de su sangre.

Cayó sentado en el sofá, hundido en esos recuerdos, arrugando aun más el traje negro que estaba puesto, el mismo que usó el día que se casó.

Eran tan jóvenes, Pedro tan sólo tenía veinte y Sofía diecinueve.

Tras enterarse que Sofía estaba embarazada, Pedro le propuso casarse, ya iba por el tercer mes, eligieron la fecha de su casamiento, Jorge se lo comunicó a sus padres los cuales reaccionaron de la peor forma, alegando que Sofía no era la mujer para él.

Jorge tenía que casarse con una mujer de clase alta, a la cual el pertenecía.

La hija de la lavandera era muy poca cosa para él.

Jorge no hizo caso, se casó con Sofía a pesar de todo lo que sus padres dijeron.

Él era un joven muy inteligente buscó a un tío que siempre le ofreció su hombro cuando lo necesitará, pues así fue, lo ayudó, confiándole el departamento de recursos humanos.

Los pocos conocimientos que adquirió en la universidad le sirvieron y aprendió rápidamente todo el movimiento, dándole una vida decorosa a su mujer, hasta que nació su pequeña hija la llamaron Alba.

Para ellos significaba la lucecita de su amanecer.

Tantos recuerdos se le vinieron a la cabeza en ese instante, seguía aun sentado en el sofá, frunció su frente, se sintió estúpido por un instante, la llave estaba el bolsillo trasero de su pantalón.

Salió cerró bien la puerta con llaves y salía, pasaba caminando frente a unos vidrios donde pudo ver su reflejo, estaba en verdad espantoso, la barba ya se le había crecido de más, su cabello, estaba despeinado, largo, todo envuelto. Casi llegaba a parecer un vagabundo, de no ser por su porte.

Seguía caminando, pensando en que llegaría tarde, pasando por un gran almacén, entró rápidamente, miró entre los trajes, escogió uno, se fue por otro sector tomo un afeitador, crema para afeitar, jabón para bañarse y shampoo. Pasó por otro lado y se puso a oler las fragancias, eligió una.

Se volvió a casa, no se había olvidado de la misa, pero esto se trataba de otra cosa, cuando entraba por la puerta sentía que estaba entrando con Sofía.

Jorge era muy apuesto, y fuerte.

Cargándola en sus brazos, la llevó hasta la habitación donde sería su dormitorio, la acostó sobre la cama, le dijo, aquí viviremos provisionalmente, por que en cuanto junte más dinero nos iremos a una casa mucho más grande, donde estemos Alba, tú, los demás hijos que vamos a tener y yo.
Seremos una familia muy grande.

Cerró la puerta dejando el recuerdo a un lado, corrió hacia su habitación despojándose de su arrugado traje negro, quedando completamente desnudo. Se fue directo a la ducha se bañó, se afeitó quedando totalmente limpio.

Cuando fue a verse al espejo, notó que no había cambiado nada, estaba tan joven y guapo como hacía diez años.

Su cuerpo delgado, suave su rostro cuadrangular totalmente limpio y fresco.

Se seco delicadamente con la toalla.

Abrió el ropero donde estaba la ropa de Sofía, tomó una canastilla y la colocó toda ahí dentro, y así mismo hizo con la ropa de Alba, se sentó a la orilla de la cama, miró al espejo su rostro y se le vino la tristeza.


Todo este tramo fue un día que él llevó a Sofía a la casa de sus padres.

Al verla, los padres de Pedro se burlaron de ella, la madre le dijo, que bueno Jorge, al fin volviste, no tenías que traernos una empleada, luciéndose en ese instante con sus sarcasmos.

A lo que lo que el padre de Jorge le dijo, lárgate de mi casa mugrosa, y llévate esa bastarda apuntando a la niña.

Sofía no pudo soportar estos insultos, humildemente salió corriendo, las llaves del auto las tenía ella en sus manos.

Jorge se quedó diciéndoles a sus padres.

Olvídense que existo, nunca más volveré a pisar esta casa, y saben algo, soy feliz con Sofía ella es el amor de mi vida.

Los padres hicieron del momento diminuto, como si no les importara.

Pedro salió corriendo pero Sofía se fue a una gran velocidad.

Ella estaba llorando, se agacho a tomar un pañuelo de su cartera y lo último que ella sintió fue un gran impacto.

Jorge se levanto de la cama, celló las cajas, tomo la ropa y se la puso, salió a la calle muy calmado, y tomó un taxi.

Al llegar a la iglesia el cura decía “podéis ir en paz” a lo que Jorge alzo la vos, más que nadie y dijo demos gracias al señor.

Se acerco al altar, con sus dos canastillas, le dijo al sacerdote, reparta esto entre los pobres de la comunidad.

Saludo a todos, y sonreía al ver que todos estaban impresionados.

Se fue de la iglesia, caminando por la calle, el sintió que la vida de su mujer y su hija estaba en su corazón, Pedro volvió a nacer, aquel día fue el nacer de un nuevo comienzo.

sábado, 28 de febrero de 2009

MATEO


Todos esperaban una mujer.
Pero nació hombre, en una humilde casa, con paredes rusticas, blanqueadas con cal, un techo de barro, y una puerta de latas.

Juana daba a luz a su segundo hijo, que nació casi muerto, envuelto con el cordón umbilical en el cuello, con un color morado y ensangrentado, la comadrona dijo que el niño había muerto.

Juana tomó la noticia con calma, ya que su hijo no tenia papé, no tuvo ni curiosidad de verlo, y dijo ¡ni modo!

La comadrona dijo que deberían echarle el agua vendita como símbolo de que era un cristiano, pidió una caja de cartón para ponerle dentro. La mamá de Juana fue a buscar la caja, muy peculiar, era de unos dulces y amargos chocolates.

Al momento que la comadrona, tomo en sus manos al angelito, se dio cuenta que el color se le había cambiado, estaba mas rosado, sólo lo miro, puso en la caja a la criatura y de pronto se escucho un gemido, la comadrona se acerca a la caja que aún no la había cerrado y miró a la criatura y estaba llorando.

Su primer llanto después de media hora, fue desesperante, la comadrona le predijo a la madre, que el niño seria un gran hombre, si Dios no quiso que se muera es por que le tenia preparado algo bueno en la vida para él, también recomendó que lo cuide mucho, por que ese niño su único hijo varón seria su apoyo de por vida, Juana tomó todo con calma, y vio a su pequeño bebé, de piel rosada, desnutrido, pero con ganas de sobrevivir.

Al tercer día, abrió sus hermosos ojos de color verde, Juana empezó a alegrarse, de que su hijo no hubiera estado muerto desde entonces comenzó a darle más cuidado, a pensar de que milagrosamente el este vivo, era enorme.

Juana pidió ayuda a sus amigas y su madre, para ponerle el nombre ideal a su hijo, había muchas opciones, pero había uno que le gusto más a todos, Mateo.

Juana pidió al padre de Mateo que bautizaran juntos al niño, también le pidió que reconozca al niño con su apellido, pero el negó ser el padre, y difamo a Juana de ser una cualquiera.

Un 24 de Junio después de tres meses exactos de que nació Mateo, el pequeño de hermosos ojos verdes y cabello rubio, fue nombrado ante los ojos de Dios y de toda la comunidad, como Mateo Gonzáles Pastrana, hijo legitimo de Juana Gonzáles Pastrana.

Los padrinos de Mateo juraron llevarlo siempre por el camino del bien, no separarse de el hasta la muerte.

Claro eso fue unas cuantas semanas, pero no fue por la muerte sino por azares del destino.

Y así Juana fue observando el crecimiento de su hijo sola, a los nueve meses Mateo comenzó a dar sus primeros pasos, al año ya caminaba muy bien y empezaba a decir sus primeras palabras.

Angélica, la hermana mayor de Mateo era quien le ayudaba a Juana con sus cuidados, ella se encargo de bañarlo, de enseñarle a decir las palabras correctamente, y sus primeras groserías. Además que lo ayudó a dar sus primeros pasos.

A los tres años Mateo ya hablaba las palabras correctamente, y estaba acto para ir al kinder, y así fue.

En el kinder, Mateo por su baja estatura y se delicadeza sufría los abusos de otros niños, pero él era un niño muy inteligente, cada día se lo veía más y más tímido, la razón era por que siempre estaba intimidado en la escuela. Cada día hablaba menos, gritaba menos, reía menos.

Nadie tomaba en cuenta este cambio, y el tiempo transcurría así, hasta que Mateo cumplió seis años, cuando nació Alba, su última hermana.

Al verla por primera vez Mateo supo que ella seria, su amiga, dejo de sentir los celos que sentía antes de que ella naciera.

Juana por darles un mejor futuro a sus hijos decidió, irse a la gran ciudad, y dejo a sus tres hijos con la abuela Lucia.

Lucia era una mujer de voz ronca y fuerte, intimidaba a todo niño con sus gritos, de cabellos blanco, por su color natural y las canas, que cada año se le notaban más, tenía la cara arrugada, y seca, por el sol. Su carácter amargado era por el sufrir de doce hijos, y las palizas que le propinaba su difunto marido.

Dos años de terribles abusos, paso Mateo, su abuela no lo quería por ser hombre. Su idea de que todos los hombres eran iguales, hacia que Mateo pague las consecuencias. De cada desgracia de la casa Mateo era el culpable, siempre vivía en juicios, la juez nunca le daba la razón y terminaba como en prisión por los castigos.

Mateo empezó a darse cuenta de lo injusta que era la vida, y deseaba ser mujer, para ser querido por su abuela, para poder agradarle. Y cada ves sentía que ser hombre era lo peor.

Después de los dos años, Juana llevo a Mateo a la gran ciudad y dejó a Alba con la abuela Lucia.

Mateo sentía la vida como el cascaron de un huevo, al pequeño golpe se rompe, así que el tenía que ser inteligente y actuar con prudencia en una ciudad tan grande como en la que estaba, por que podría perderse, su miedo no le dejaban dar diez pasos, por que al primero se sentía perdido.

Hasta que se sintió seguro de caminar solo en la ciudad pasaron un par de años, hasta que llego su adorada hermana Alba.

Años después murió lucia su abuela, fue un acontecimiento que les cambio la vida completa, ya que en la enfermedad de Lucia Juana gasto todo lo que había conseguido adquirir con esfuerzo.

Pero Mateo a pesar de eso empezó a lograr sus sueños.

Desde que llegó a la ciudad soñaba con actuar a los doce años comenzó a hacerlo, con un grupo en el cual aprendió muchas técnicas para desenvolverse en escena y otras cosas más.

A los quince entro a la televisión, pero la televisión es para los grandes y con dinero, pues no duro mucho tiempo.

Pero sus sueños ya estaban hecho realidad.

Después de la muerte de Lucia, todo cambio en sus vida, no habían muchas preocupaciones y poco a poco con la lucha constante de su familia fueron consiguiendo todo lo que querían.

La vida da muchas vueltas, al paso de la esquina puedes ser millonario pero en la siguiente estas pobre.


UNA NOCHE TORMENTOSA


Una noche muy fría, el cielo estaba cubierto por oscuros nubarrones que largaban enormes y escasas gotas de aguas frías, del horizonte se veía un enorme látigo de luz que hacia blanquear los árboles y daban lugar a un horroroso y estruendoso grito de la naturaleza.

No muy a los lejos a lado de una choza rustica, con un enorme hueco en el techo, por donde el agua entraba sin control, que sólo necesitaba un jalón de buey para echarse al suelo.

Se podía observar a una mujer de pelo blanco mas blanco aún se ponían con la luz de los relámpagos, azotada por el sol, y siendo azotada con el látigo que se utiliza para azotar a las bestias rebeldes.

Con la cara sangrando, y con algunos dientes fuera, echando a la nada gritos de auxilio a cada palabra que decía caía la sangre entre sus labios.

Atada de pies y manos, en un desnutrido y mustio árbol, que no ha crecido mucho, no se sabia el por que estaba allí, por que la sequedad no le abastecía para poder sobrevivir.

Tenía un aspecto de estar moribundo, con su color medio negro y amarillo, pero tenía tanta resistencia que sirvió de algo en esta vida, sirvió para el tormento de aquella mujer.

Sollozando con una débil vos, ¡piedad! Piedad para sus dos pequeños tesoros de aproximadamente tres y siete años, que eran cruelmente azotados, con el frío y dura mano de un hombre que era su padre, que como idiota que era les gritaba a sus inocentes pequeños ¡bastardos!

La mujer pedía clemencia para sus pequeños hijos y piedad para ella, tratando de zafarse de las ataduras de pronto la lluvia se puso más tupida, que lavaba la sangre de la cara hacia su pecho impregnándose sobre sus vestiduras quedando totalmente rojas y así dejándole al descubierto sus sangrientas heridas.

El hombre dirigiéndose a ella, le grito.

¡Eres una puta!

Tienes un amante.

Crees que yo no lo sabia, ella conforme de su inocencia, replicó con la vos casi quebrada, yo no tengo a nadie, se que tu lo tienes, pero aguanté todo por nuestros hijos a los cuales niegas y les llamas bastardos.

Él le lanza una bofetada más, en la cara y tiene el cinismo de preguntar ¿me amas?, con la una voz que casi no se entendía ella le dijo, que lo amaba, pero él con todos sus abusos hizo que ella pierda el amor, todo ese amor que sintió alguna vez se convirtió en miedo y odio.

Le dolió tanto a su machismo, que agarro una piedra, que llenaba su mano, y se la hecho en la cara fríamente, que terminó por desfigurar la cara de esta mujer.

El hijo mayor dándose cuenta de todo, miro a su madre, como sufría, sus ojos de angelito observando tal horror, dándose cuenta de todo lo que pasaba, sintiendo el sufrimiento de su mamá, la oyó decir, ¡su papa los ama!

El pequeño de siete años miró fijamente la cara de su mamá, que echo una de las sonrisas mas tiernas, a pesar de que le faltaban algunos dientes en la boca, tenia los labios deshechos, y apenas se podía distinguir, la forma de su cara con algunos chorros de sangre cayendo por su delgado cuello, con la imaginación que tenia, logró ver a la mujer hermosa, de pelo blanco, quemada por el sol, la mujer que cuando le hacia cariño en su mejilla sentía que pasaba una mano acerada y áspera.

Cuando de pronto el pequeño sintió un enorme nudo en la garganta y un dolor que le ceñía el alma, corrieron abundantes lagrimas sobre su cara, esta vez no era por que le dolían aun los azotes que había recibido, sino por que se dio cuenta que su madre ya había muerto.

Miró a su padre, como un enorme moustro que aparecía en las noches de tormenta que salía de la oscuridad para hacerles daño, lo miro fríamente a los ojos, y lo vio como al verdugo que se tomo unos tragos de más, que quito la vida de su madre, de su tesoro, ya no lo vio como a su padre.

Fijo su mirada hacia su madre, y después de un ruidoso trueno en su mente se dijo a si mismo “juro que vengaré lo que te hizo este hombre mamita amada”


¿ES ÉL O ERES TÚ?


Hoy en día, la gente es tan materialista, ya no se conocen valores reales como el amor, el respeto, la honestidad.

Las personas antes de enamorarse primero se fijan en la ropa que viste, en la cara que tiene, si tiene un auto, si tiene un buen trabajo, la pregunta es ¿se enamora de la persona o de lo que tiene?

¿Quién puede comprender eso?, muchas personas decimos, ¡yo no me fijo en esas cosas!, lo que a mi me importa es su forma de ser, sus relaciones personales con los demás y tiene que ser limpio.

Pero al final terminas observando la poca educación que recibió, los pocos modales que tiene, y pones una barrera para que el amor no surja.

Si sientes amor, pones pretextos, para ya no verle, por que no toleras verle tres o cuatro veces con la misma ropa, tres o cuatro veces con los mismos zapatos, no toleras que no lleve perfume y si lo lleva no te gusta por que es barato.

Pero acaso la ropa, los perfumes de buena marca, los zapatos originales ¿pueden reemplazar una buena compañía, una buena charla, puede reemplazar a una persona?

Hoy en día si, por que ahora antes esta una buena ropa encima de la piel que estará contigo, y rico y caro perfume en el cuello que besarás, unos buenos zapatos en los pies de las persona que te acompañará en el camino que tu elijas.

Cuando salen a comer.

Observas como se sienta en la mesa.

Sentados en la mesa observas como mira el menú, confundido por que no sabe que pedir, no es para menor, no conoce nada de las comidas que ofrece el lugar, por que es la primera vez en su vida que sale a un sitio como ese.

Pide lo que se le ocurre, tú observas como toma la servilleta, como la acomoda, como agarra los cubiertos, si no lo hizo bien, sabemos que te da pena corregirlo, pero tú comienzas a pensar que esa persona no cabe en tu mundo.

Ya no le das más oportunidades.

Te alejas poco a poco de él, buscando mil y un pretexto, tengo que ir al una cena con mi madre, tengo que ir a la casa de un compañero de trabajo.

Cualquier es tu ocurrencia que le dices, se murió la perra de mi amiga. ¿Que importa una perra?, esa perra es especial, mi amiga la adoraba y esta haciendo una recepción de amigos.

Él tímido le dice ¿si quieres te acompaño?, pero tu le dices, ahora no se puede, sin pena alguna.

Es que mi amiga esta dolida que harás allá estarás aburrido, él todavía insiste diciendo pero estaré contigo, y tu cruel le dices no, es que yo estaré consolando a mi amiga, por su perra muerta.

En el caso que sea verdad la muerte del pariente de algunos de tus familiares o amigos, no te atreves a llevarlo, por que sabes que el no encaja allá.

Ya él se va dando cuenta que te va perdiendo ¡te ama! y tu le has dicho que lo amas, por eso él se da cuenta que tiene que cambiar, tiene que mejorar ¿mejorar? ¿como? Cambiando su aspecto, pero ¿como?

Quien sabe como junto unos pesos, era para hacerte un regalo tal ves, para su primer mes de aniversario, pero él piensa que tu lo llevarás a un lugar lindo, desea estar guapo para ti, así que compra una mudada muy linda, pero no de buena marca y se le acabo el dinero no le alcanzo para los zapatos.

Apenado sigue con los mismos zapatos que un día antes del aniversario lavó los zapatos, pero el tiempo no estuvo de su lado y llovió y no permitió que sequen los zapatos.

Él desde la mañana preparo una pequeña nota donde decía cuando sentía no poder regalarte nada.

Te llama por teléfono, te pregunta ¿sabes que día es hoy?, tu si hoy es Miércoles, el insiste ¿sabes que fecha? Y tu dices pues no, el dice es nuestro aniversario con una sonrisa que no le cabe en la cara de tanta felicidad, tú le decís, que horror lo olvide con tantas cosas que tengo que hacer me olvide.

Pero no te acuerdas que el trabaja para poder sobrevivir y además ayudar a su familia, estudia, y aparte se da tiempo para ti, y piensa en ti todo el tiempo, por ti deja de ir al establecimiento donde estudia sin importarle que sus calificaciones bajen.

Él te pregunta ¿que haremos hoy? Tu le decís de mala gana no lo se, dime ¿que quieres hacer tu? Y bueno el planea una tarde muy linda, ir a una plaza sentarse a charlar y decir todas las cosas buenas de la relación.

Él llega media hora antes, pasaron dos horas, tú no llegas, pasaron tres y nada, él toma las monedas que va a usar para irse a casa en bus, y te llama te dice, ¿Qué pasa por que no llegas?
Y vos le decís lo siento, pero mis amigos dijeron que vendrían a mi casa, tuve que quedarme por que hace mucho que no los veo.

Él se molesto, por fin, se enojo y te dice, ¿Por qué me haces esto? Hoy cumplimos mes y vos me salís con esto y tu fríamente le dices, ¡si no te gusta terminamos y ya! pero él dice no vamos a llegar a extremos tampoco, tenemos que hablar, tu le dices ya no hay nada que hablar terminamos.

Al colgar el teléfono, dices por fin me libre, aunque lo quieres, pero prefieres que eso sea así, por que tu superficialidad y tu egoísmo te hace pensar que eras mejor.

Pero él se va llorando a pie, leyendo su carta que te escribió, donde te decía cuando te amaba y sabe que nada tiene sentido sin ti, sabe que la vida esta perdida para él.

Va alucinando que te encontrara en el camino y se va hacer el duro ni te saludará por lo pelotudo que fuiste con él, pero después imagina que no puede hacer eso por que te perdería para siempre.

Se queda con la ilusión hasta que se resigna y sabe por fin que te perdió, el perdió a un pobre cojudo, pero tu has perdido a una gran persona, una persona que te ama, que dejaba todo por ti.

MIS HORRIBLES PESADILLAS

Llega la noche.

Un flujo maligno lleno malas ideas y de pensamientos raros comienza a esparcirse por todo mi organismo, como si recorriera en mi sangre por todas mis venas.

Empiezan a perderse los últimos rayos del sol y empieza a perderse los últimos momentos de alegría para mi corazón, mi mente comienza a alimentarse de frustradas ideas, las cuales van desgastando poco a poco mi sonrisa, mis alegrías, mis energías, los últimos rayos del sol que se pierden lentamente se llevan a mi alma.

Comienza como una chorrera de agua bien fría que recorre desde mi cuello hasta la punta de mi columna vertebral.

Al comenzar las olas de oscuridad, mi cuerpo se convierte en una planta que quiere hacer fotosíntesis, que cuando esta en la oscuridad comienza a buscar la luz para alimentarse.

Mientras que jamás puedo enfrentar el miedo de verme perdido en la oscuridad, quedo dentro de mi habitación con luces artificiales, las cual es una conformidad para mis miedos y me siento protegido.

Observo por mi ventana y logro ver la oscuridad que parece una tela negra que envuelve y te pierdes en ella, y la única que puede romperla es la luz, no importa cual sea, pero la rompe.

Por eso la protectora de mis miedos es la luz, yo su fiel protegido.

Pero cuando esta ella, ¿y cuando no esta? Mi vida se limita una las cuatro paredes, las cuales se convierten en mi prisión y también en mi refugio, no se cual es mejor, ¿si mi prisión o mi refugio?, da igual al estar dentro de ella estoy dentro de una prisión que me refugia de todos los males que la oscuridad me puede acarrear.

Al llegar la hora de dormir, observo detenidamente toda mi habitación y veo todas las cosas con calma, no debo apagar la luz, por que comienzan mis horribles pesadillas, y todas las veces son las mismas.
Estoy recostado sobre mi cama entra una persona con una mascara y me quiere estrangular.

Al momento que abro los ojos, y veo que esta apagada la luz, mi corazón empieza a palpitar mucho mas rápido, y me siento una persona perdida, y comienzo a sollozar, mis lagrimas resbalan por mis mejillas, yo no puedo bajar de la cama, es tanto el pánico, que siento que la persona que me viene a estrangular esta dentro de la habitación, no puedo observar si todo esta en orden, por que la luz no esta y siento que si bajo de la cama me asesinara.

Después que pasa el pánico, comienzo a entrar en si, agarro mi teléfono celular, con la poca luz que me ofrece me acerco al interruptor y enciendo la luz.

Sin embargo cuando tengo luz, viene la pesadilla, al levantarme y quedarme sentado despavorido, todo esta iluminado y observo que todo este en orden y vuelvo a dormir como si nada haya pasado.

Hasta que llega el otro día levanto recopilando mis sueños, separo a los lindos con los feos, los sueños lindos se los cuento a todo el mundo el sueño feo lo olvido.

Empiezan a salir los primero rayos del sol, yo los estoy esperando desde mi ventana, y vuelve mi sonrisa, mi alma y mi corazón.